La Oruga Procesionaria, ¡Peligro de Muerte para Perros!

¡Cuidado, Oruga Procesionaria!

Cada vez llega antes la oruga procesionaria que eclosiona en los pinos, ocasionando cada año problemas graves a nuestros perros que tocan, muerden o incluso tragan a esta molesta especie. Siguiendo unas recomendaciones básicas y una pauta de tratamiento podremos evitar que nuestro perro sufra las fatales consecuencias.

Estas orugas de los pinos tienen unos pelos urticantes compuestos por una toxina. Cuando se sienten amenazadas pueden incluso lanzar estos pelos al aire creando irritaciones y alergias sin ni si quiera haberlas rozado.

A veces es muy fácil ver cuándo empieza la época de las orugas, ya que es cuando se forman los sacos característicos que se encuentran en las copas de los pinos, además de verlas por el suelo en fila india. Lo hacen al final del invierno, pero en los últimos años, y debido al cambio climático, cada vez aparecen más pronto como consecuencia del incremento de temperatura.

Este año a principio de febrero con las épocas de calorcito ya hemos podido ver algunas, por lo que tenemos que estar atentos de donde llevamos a nuestros perros sobre todo cuando vayamos de rutas al bosque o espacios naturales.

Un ciclo con cinco fases larvarias

La procesionaria del pino es una fase del ciclo de la vida de una mariposa llamada Thaumtopoea pityocampa. Se le considera el insecto defoliador más importante en los pinos, cedros y abetos de España. En el tercer estadio larvario se convierten en orugas que desarrollan unos pelos urticantes con una toxina que se denomina Thaumatopina. En este momento es cuando forman los bolsones característicos que acostumbramos a ver en algunos pinos.

​En la última fase larvaria, en total son cinco, descienden al suelo en las características filas indias. La primera de la fila siempre es una hembra, y deja ir un hilo de seda que siguen todas sus compañeras, de forma que se protegen la cabeza unas a otras porque es la parte que pueden utilizar los pájaros como alimento.

Al final, se entierran en el suelo, acaban sus fases de evolución a pupa y a crisálida. Permanecen enterradas hasta el verano, cuando salen, se aparean y vuelven a comenzar el ciclo.

Las consecuencias

Las consecuencias del contacto con las orugas y su toxina dependen de la parte del cuerpo afectas, de la cantidad y la rapidez de realizar el tratamiento.

La más frecuente es el contacto oral, lo que produce un cuadro de estomatitis que hace que la lengua y los labios se inflamen. Cuando nuestro perro tiene contacto con la toxina, lo primero que hará será mostrar nerviosismo, querrá vomitar, salivar mucho y tocarse la boca con las patas.

La lengua puede aumentar de volumen, se vuelve azulada por la dificultad de retorno venoso y, si no hacemos nada rápido el tejido puede llegar a morir, apareciendo áreas de necrosis, pudiendo llegar a perder el tejido en un periodo de 6 a 10 días.

Se produce glositis que hará que tenga dificultad de tragar, por eso salivan tanto porque no pueden tragársela. Pueden llegar hasta a obstruirse las glándulas salivares, produciendo lesiones que pueden ser muy difíciles de curar, siendo precisa una cirugía.

Si el animal ingiere la oruga, se puede observar edema laríngeo, que puede comprometer la respiración, y alteraciones gastrointestinales como vómitos y diarrea.

Cuando no es por contacto, sino porque el viento trasporta los pelitos urticantes que lanza la oruga procesionaria al sentirse amenazada, la parte del cuerpo más afectada suelen ser los ojos. Lo que provocará inflamación en los parpados, edemas corneales o conjuntivitis.

Otros síntomas cutáneos pueden ser edema facial y cosquilleo, que incluso puede aparecer en nosotros por haber intentado abrirles la boca o explorarlos después de haber entrado en contacto con la toxina de la oruga procesionaria.

La sintomatología a nivel general no es tan frecuente, pero si no se diagnostica y se trata pronto se pueden encontrar síntomas muy variados, como son fiebre, inflamación de ganglios submandibulares, convulsiones, inflamación sistémica generalizada, hemólisis, pérdida de hemoglobina por la orina, coagulación vascular diseminada, shock anafiláctico, temblores musculares, coma e incluso la muerte del animal.
URTICARIA

NECROSIS

GLOSITIS

¿Qué hacer?

Lo mejor que podemos hacer es evitar ir a los sitios donde pueda haberlas. Bosques o espacios naturales con muchos pinos, sobre todo a finales del invierno y primavera.

1. Lavar con agua templada.
   La mejor forma es con pulverización, esparciendo el agua. Preferiblemente templada o caliente, ya que el calor desactiva la toxina. De esta manera podremos eliminar los posibles restos de eplitos urticantes que pueden seguir incrustado en nuestro perro.
2. No frotarNo debemos frotar la zona afectada, porque provocaremos el efecto contrario, rompiendo los pelos y se liberara mayor cantidad de toxina.
   
3. Acudir al veterinario

Si sabes que ha tenido en contacto con alguna oruga procesionaria, aunque hayas seguido los pasos anteriores, se debe ir al veterinario.

Los animales que presentan urticaria y edema se suelen recuperar en solo 24 horas. Los que tienen estomatitis o glositis, necesitan entre 3 o 4 días para estar bien. Y si ya hay necrosis de la lengua, la vida del animal corre peligro y en algunos casos puede ser necesario practicar la eutanasia.

¿Cómo se combaten en la actualidad?

Drones vs Orugas

Los drones pueden ser una herramienta eficaz para combatir la oruga procesionaria, una plaga que azota los bosques de España y otros países europeos. Estas orugas son peligrosas para los humanos y los animales, ya que pueden causar reacciones alérgicas graves y también pueden dañar los árboles.

Los drones se pueden utilizar para detectar la presencia de orugas procesionarias en los árboles utilizando cámaras de alta resolución y cámaras termográficas.  Además, pueden usarse para rociar pesticidas de manera más eficiente y precisa, lo que reduce el impacto ambiental y el riesgo para los trabajadores que realizan este trabajo manualmente.

También se pueden utilizar para controlar el crecimiento de las orugas procesionaria colocando trampas de feromonas que atraen a los machos y evitan que se reproduzcan. Esta estrategia puede ayudar a reducir la población de orugas a largo plazo.

En conclusión, los drones son una herramienta prometedora para controlar las orugas procesionarias y su uso puede mejorar la eficacia y la seguridad de las estrategias de control existentes.

Trampas contra los machos

Las trampas para oruga procesionaria son dispositivos diseñados para capturar a los machos adultos de esta plaga, evitando que se reproduzcan. Al reducir la población de machos, se puede limitar el número de huevos puestos y así controlar la reproducción de la oruga procesionaria.

Existen varios tipos de trampas para la oruga procesionaria, algunas de ellas son:

• Trampas de feromonas: Las trampas de feromonas son dispositivos que liberan una sustancia química que atrae a las orugas procesionarias macho. Cuando los machos se acercan a la trampa, quedan atrapados en ella. Las trampas de feromonas son muy efectivas y no son tóxicas ni dañinas para el medio ambiente.
• Trampas de luz: Las trampas de luz son dispositivos que emiten una luz que atrae a las orugas procesionaria macho. A medida que los machos se acercan a la luz, quedan atrapados en una red o contenedor en el fondo de la trampa. Estas trampas no son tan efectivas como las trampas de feromonas, pero aun así pueden ser útiles.
• Trampas pegajosas: Las trampas pegajosas son dispositivos que usan un pegamento pegajoso para capturar orugas procesionarias macho. Estas trampas son muy efectivas, pero pueden ser venenosas para otros insectos y animales pequeños.

Es importante colocar las trampas en el momento adecuado y en lugares estratégicos, como alrededor de árboles infestados de oruga procesionaria. Además, es importante rotar las trampas regularmente para asegurar su efectividad.

Fuente
WIKIPEDIA